El coaching es un proceso que ayuda a las personas a alcanzar sus objetivos a través de resultados a través del uso de un método y herramientas.
Cuando se hace correctamente, el coaching puede ayudar a las personas a cambiar sus vidas a nivel personal y profesional para mejor.
Hay diferentes herramientas de coaching que un coach puede utilizar para ayudar a sus clientes a alcanzar sus objetivos.
En esta entrada del blog, hablaremos de algunas de las herramientas del coaching más comunes y de cómo se pueden emplear para conseguir resultados.
Por qué son importantes las herramientas de coaching
Una herramienta en coaching lo que hace es facilitarle a un coach llevar a cabo una tarea.
Por ejemplo, un contratista de construcción no emplearía una cinta métrica para sacar un clavo del marco de una puerta. Conoce bien su oficio y para este caso haría uso de la parte trasera de su martillo.
Así como todo buen constructor sabe qué herramienta debe emplear para diferentes necesidades, cada herramienta de coaching tiene un propósito diferente y puede emplearse para conseguir distintos resultados.
Por ejemplo, una herramienta puede ayudar a un coachee a escucharse a sí mismo, mientras que otra lo puede hacer reflexionar sobre un tema. Existen otras que facilitan cómo crear una visión personal del futuro.
Es importante que los coaches tengan una variedad de herramientas de coaching a su disposición para que puedan satisfacer eficazmente las necesidades de sus clientes.
Hay muchos tipos diferentes de herramientas de coaching, pero algunas de las más comunes son las siguientes:
Rapport o sintonía
El rapport o sintonía es una relación de respeto e influencia recíprocos que nace del intento sincero de comprender al otro en sus propios términos.
Se dice que la etimología del término «rapport” viene de Francia y recae sobre la palabra “rapporter”.
La esencia del término se relaciona con llevar a cabo algo. Además, se puede utilizar para definir cómo se interrelacionan y comportan las personas entre sí.
El origen del término acompaña la práctica del mismo porque, usualmente, lo que un coach hace es llevar a cabo acciones que le permiten relacionarse mejor con su cliente.
En lenguaje metafórico, podemos decir que se establece una especie de danza entre coach y cliente donde la sintonía se puede establecer o perder en cualquier momento. Igual a lo que sucede cuando dos personas bailan.
Qué busca un coach a través de establecer sintonía
La intención final que un coach busca al establecer rapport o sintonía es ver el mundo desde el punto de vista de su coachee, escuchar en los términos de su cliente. Esto le facilita poder imaginar cómo sería estar en su piel.
Para construir sintonía en una relación de coaching es importante:
- Respetar lo que el cliente valora y cree.
- Espejear su comportamiento, no imitarlo.
- Emplear las mismas palabras del coachee.
- Igualar el estilo de pensamiento.
- Facilitar un entorno agradable.
Establecer rapport o sintonizar no se refiere a una cualidad de todo o nada, sino que hay en ella diferentes grados. Por lo tanto, es importante no hacer nada que pueda interferir con ella.
¿Por qué es importante no afectar el establecimiento de rapport?
Muy sencillo, porque cuando la sintonía se mantiene en el tiempo, desemboca por lo general en confianza. Y la confianza es uno de los elementos clave del coaching.
Escucha activa
Escuchar parece algo sencillo. Sin embargo, prestar verdaderamente atención a tu cliente y escucharle con atención sin que medie juicio, interpretación o distorsión de tu parte, constituye una experiencia en verdad muy profunda.
¿Sabías que existen cuatro niveles de escucha?
Por esta razón, tenemos dos orejas y una sola boca. Pues es muy importante escuchar.
Puede parecer sencillo practiar la escucha. Sin embargo, prestar atención a lo que un coachee dice sin prejuicios y suposiciones no es sencillo para todo el mundo. Especialmente para aquellos a los que les gusta hablar más que escuchar.
Para que esta experiencia emerja en tu actuar durante una sesión, debes pasar por estos cuatro grados al escuchar:
Oír
Es el nivel más superficial de escucha. Oír registra las ondas sonoras de la voz del otro. Puedes estar oyendo a alguien y al mismo tiempo estar pensando o haciendo otra cosa. Para oírle no necesitas prestarle atención. El coach no debería estar nunca en este nivel.
Este es el grado más superficial de escucha. La voz de otra persona se registra al oír. Se puede estar oyendo a alguien y estar pensando o haciendo otra cosa al mismo tiempo. Para oírle, no es necesario prestar atención. Este no es un nivel apropiado para hacer coaching.
Escuchar a
Este siguiente nivel, básicamente trata de tener una pregunta en mente mientras se escucha al cliente.
Esta pregunta es: ¿Qué significado tiene para mí lo que me dice el cliente?
Es decir, aquí estás escuchando desde de tu propia experiencia de vida. Podemos decir que utilizas la experiencia del cliente para activar tus propios recuerdos y darle sentido a la comunicación.
Pueda que el cliente esté hablando de una conversación que sostuvo con su pareja. Este tema dispara una conversación parecida que tú tuviste con la tuya.
Podemos decir que se trata del nivel de escucha que utilizamos a diario.
Este modo de escuchar puede resultar adecuado para las conversaciones en tu diario vivir, pero no es eficaz para el coaching.
Escuchar para
El tercer nivel trata sobre escuchar al coachee buscando detectar algo en lo que dice.
El coach puede tener una idea en mente sobre el tema, filtra lo que el cliente dice en término metodológicos y selecciona aquellos elementos que le ayudan a formarse una opinión.
Es decir, aquí se está catalogando la información que suministran. «Me habla de algo que desea o un reto que enfrenta».
Para lograr la categorización es probable que el coach tenga que generar un diálogo interno consigo mismo.
Escucha consciente
Este último nivel representa una escucha profunda con un mínimo de juicio. Aquí el coach mantiene al margen sus juicios y suposiciones, mientras manifiesta un mínimo de diálogo interno.
La escucha a este nivel es importante en coaching. Permite al coach comprender plenamente la situación del cliente.
Además, si como coach no escuchas, no podrás hacer preguntas poderosas, otra de las herramientas de coaching.
Tampoco estarás en capacidad de brindar feedback o retroalimentación de forma adecuada.
Observación
La mayoría de la gente solamente ve cosas. Ver únicamente incluye la capacidad del ojo para registrar las ondas electromagnéticas de la luz.
Como resultado, puedes estar viendo los movimientos de otros, sus gestos, cómo se visten, su respiración, pero sin extraer de eso ningún significado.
La siguiente etapa para llegar a la observación es la conciencia de lo que se ve. Es decir, lo que estás viendo cobra sentido cuando eres consciente de lo que ves.
Podemos decir que estás prestando atención y lo que el otro hace te hace sentido.
Por ejemplo, el cliente mueve los ojos hacia arriba, ahora luego hace un gesto firme con su mano derecha para enfatizar su punto de vista.
¿Qué significa esto que acabas de ver? Si tiene un significado para el coachee, también debe tenerlo para el coach.
El último nivel consiste en la observación.
De la observación a la calibración
La frase «calibrar» se refiere a interpretar las señales no verbales para detectar con precisión lo que un coachee está experimentando.
Es el nivel observación es en el que puedes calibrar. Ahora no tan solo ves, sino que también eres consciente y descubres un patrón.
Digamos que observas que cuando el cliente está enojado tiende a apretar su mandíbula y frunce el ceño de forma muy sutil. Además, la comisura izquierda de su boca sube un poco. El tono de su voz se torna más áspero y habla más deprisa.
Al observarlo repetidamente, te das cuenta de que cada vez que habla de su jefe repite estos mismos patrones.
¿Estará enojado con su jefe? Esto es algo que tendrías que corroborar con la persona durante la conversación.
Desde tu rol puedes preguntar. Tal vez el coachee se quede asombrado ante tu intuición, pero han sido la observación atenta la que genera esa ida.
Es la calibración la que te permite llegar a una conclusión.
La calibración usualmente se acompaña de un feedback preciso y descriptivo.
Y es que no existe la no comunicación. Las personas siempre están hablando.
Cada vez que encogen sus hombros, cuando suspiran, si miran de reojo.
El tono de la voz también habla más allá de las palabras. Sus infleciones dicen mucho sobre lo que aspiran y desean, qué valoran, aquello que les produce frustración y mucho más.
En vista que el lenguaje corporal es rico en mensajes, hay que observar para calibrar.
Una vez que has calibrado a tu coachee le conocerás mejor. Demostrás que comprendes, y esto le ayudará a comprenderse a sí mismo.
Preguntas poderosas
Las preguntas son útiles para muchas cosas. En la sesión inicial el coach pregunta para recabar información y establecer los hechos. Estas son preguntas para explorar el presente o situación actual del cliente.
En las fases sucesivas, el coach pregunta para diseñar el futuro, investigar las creencias y valores del coachee con el fin de comprenderlo mejor y saber qué quiere, por qué lo quiere y qué le impide obtenerlo.
¿Quieres saber cuál es la extraña cualidad de las preguntas? Me imagino que internamente acabas de responder «sí». Ahí está la respuesta.
La extraña cualidad de las preguntas es que no puedes dejar de responderlas.
Te obligan a reflexionar sobre tu experiencia. Incluso si la respuesta es «no sé», para llegar a ella primero has tenido que pensar la pregunta y revisar tu experiencia.
En sentido metafófico, podemos decir que las preguntas son como unas lámparas o faros que iluminan aquellos lugares oscuros de la conciencia.
Una buena pregunta mueve la atención para iluminar áreas antes que eran desconocidas, no estaban iluminadas.
Cuando se hace una pregunta eficaz a un cliente, se le brinda la oportunidad de reconsiderar su experiencia y recursos bajo una nueva luz, así como de descubrir respuestas que no sabía que tenía.
Relato Zen sobre el poder de las preguntas
Por lo general el coachee busca las respuestas en lugares conocidos, pero no están ahí, de lo contrario ya las hubiese encontrado.
En el libro Coaching con PNL, Joseph O’Connor y Andrea Lages, nos relatan una historia Zen sobre de un hombre que busca algo con desperación bajo una farola.
Un caminante ve la situación y se detiene para brindarle ayuda y pregunta: ¿Qué busca usted?
El hombre responde: Mis llaves.
Entiendo, ¿dónde las perdió?, dice el buen samaritano.
El hombre contesta: las perdí en mi casa.
Entonces el esforzado caminante responde, ¿las perdiste en tu casa y las estás buscando en la calle?
Aquí el hombre responde: mi casa está muy oscura y no puedo ver. En vista que aquí hay más luz, prefiero buscar aquí.
Es así como funcionan las cosas en coaching. El cliente busca la respuesta a sus interrogantes donde hay luz, donde tiene conciencia.
Pero el coach formula preguntas que arrojan luz sobre los lugares adecuados, lugares oscuro antes no explorados.
Por lo tanto, las preguntas son esas lámpras que mueven la conciencia hacia áreas donde sí pueden estar las respuestas.
Retroalimentación o Feedback
Siendo el coaching un proceso de aprendizaje y cambio, a los clientes les puede resultar muy útil recibir retroalimentación sobre su desempeño.
No obstante, este feedback sobre lo que hacen y dicen debe ser de alta calidad.
Con esto me refiero a que tiene que ser específico, en función de la conducta evidenciada y libre de juicios y evaluaciones.
La retroalimentación que puede brindar un coach a su coachee, lo puede ayudar a crecer y cambiar.
De hecho, el feedback es el desayuno de los campeones.
En un proceso de coaching, el coach puede brindar retroalimentación valiosa a su cliente. Para esto, el coach tendrá que desarrollar su comunicación asertiva a través de una metodología.
Lo hará sobre lo que está haciendo y cómo lo haciendo, qué no está haciendo, lo que está diciendo y cómo lo dice. Además, sobre los resultados de los pequeños cambios y avances que está evidenciando.
Pruebas psicométricas
En el contexto laboral de un coach, las evaluaciones psicométricas son un instrumento valioso que permite realizar una aproximación a la personalidad de un cliente.
De este modo se pueden subir los niveles de conciencia del coach y coachee en relación a diferentes aspectos. Entres estos están: estilo de comportamiento, perfil de competencias, características de inteligencia emocional, y mucho más.
Según Wikipedia, la psicometría es la disciplina que se encarga del conjunto de métodos, técnicas y teorías implicadas en medir y cuantificar las variables psicológicas del ser humano.
Los coaches con frecuencia utilizan las pruebas psicométricas para obtener información valiosa que faculta el entendimiento y eleva los niveles de conciencia. De hecho, hacer consciente al cliente es uno de los cuatro elementos clave del coaching.
La información que se obtiene de evaluaciones como el Test DiSC, puede ayudar al coachee a tomar mejores decisiones.
Eso sí, estas evaluaciones psicométricas constituyen una herramienta importante al servicio del proceso de coaching, siempre y cuando se utilicen forma correcta o incorrecta.
De hecho, en mi caso particular, el uso de la Evaluación Everything DiSC ha representado un diferenciador importante en el mercado. Es más, es una de las tres estrategias para tener éxito como coach que siempre recomiendo.
Herramientas visuales
Para hablar de las herramientas visuales, tenemos que comprender cómo piensan las personas.
Esto nos obliga a preguntar: ¿Qué es el pensamiento? Lo interesante es que la respuesta a esta pregunta, requiere ser aún más fina. La pregunta correcta es: ¿Qué significa el pensamiento para cada persona?
Y resulta ser que el pensamiento de cada persona es distinto. Para algunas significa sobre todo imágenes en su mente. Para otras es una voz interior o una sensación que no puede analizarse demasiado.
En otras palabras, en nuestra mente vemos, oímos y sentimos exactamente igual que en el mundo externo con nuestros sentidos. Re-experimentamos el mundo, nos lo re-presentamos por medio de los sentidos de forma visual, auditiva, a través de sensaciones, y más.
Se le denomina sistemas de representación a los sentidos usados internamente para la representación del mundo a través de pensar.
En vista que el sistema que más utilizamos es el visual, es aquí donde intervienen las herramientas visuales. Estas facilitan lo que hacemos: recordar, planificar, aprender, fantasear y resolver problemas.
Por lo tanto, bríndale a tu cliente la posibilidad de trabajar con material que represente sus cuestiones de forma visual, como por ejemplo la Rueda de la Vida.
Metáforas
El uso de metáforas o analogías como herramientas de coaching, facilita que un coachee pueda descubrir similitudes entre su juego interno y algún objeto, animal o cosa.
Según Gregory Bateson, este tipo de pensamiento nos conduce a mayor creatividad. Además, es capaz de llevar a un coachee a descubrir verdades más profundas acerca de sus modelos mentales.
Este nivel responde a preguntas como: ¿a qué se parece esto que te sucede? Si tuvieras que compararlo con algo, ¿con qué lo harías?
Veamos un ejemplo. Si un cliente manifiesta que se siente criticado en la oficina, puedes solicitarle que compare esta situación con algo que le venga a la mente.
Una posible metáfora o analogía para esto puede ser comparar lo que le sucede escuchar una opinión en la radio.
Es decir, solo se trata de información con la que puede estar o no de acuerdo. A través de la metáfora, cambiar el significado y ahora es el coachee quien le puede dar más o menos significado a lo escuchado.
El uso de herramientas como Lego Serious Play y Points of You, facilitan esta tarea de forma dinámica. Además, generan espacios de reflexión profundos que llevan a una verdadera transformación de las personas.
Posiciones perceptivas
Las posiciones perceptivas constituyen un recurso maravilloso para ayudar al cliente en cada aspecto de sus relaciones.
Cada vez que un coachee desee aclarar o explorar la relación con su pareja, sus hijos, su jefe o un compañero de trabajo, se puede utilizar esta herramienta.
El coach es un maestro de perspectivas diferentes, pues tiene la capacidad de facilitarle al coachee el poder ver el mundo desde diferentes perspectivas para lograr un punto de vista objetivo e integral. Estas tres perspectivas se conocen bajo la denominación de posiciones perceptivas.
Primera posición
La primera posición representa el punto de vista sobre propia realidad del cliente.
Es decir, representa la perspectiva que tiene sobre lo que sucede, cree, valora, opina, siente y piensa.
El objetivo del coaching es desarrollar esta primera posición. Es decir, ayudar a que el cliente pueda conocerse mejor a través de cuáles son sus objetivos, qué valora y cree, etc.
Segunda posición
En este siguiente nivel, buscamos desarrollar la habilidad de imaginación con el fin de ayudar al individuo con el que trabajamos coaching a comprender el mundo desde la perspectiva de otra persona. La idea es ayudarle a ver el mundo, pensar y sentir como otros lo hacen.
Cuando una persona adopta una segunda posición, está tratando de comprender el punto de vista de alguien.
Esto no significa que tenga que estar de acuerdo con dicha persona.
La segunda posición es una de las herramientas que utiliza el coaching para conducir a la empatía y sintonía con otros.
Tercera posición
En la tercera posición, también conocida como observador, nuestro cliente puede tomar un punto de vista exterior y desapegado.
Ya no se trata de su punto de vista, ni del de otras persoans.
Desde esta posición el coachee puede prestar atención a su relación con otro. Es decir, se ve a si y al otro de forma desapegada.
A menudo el coaching puede implicar ayudarle al cliente a tomar diferentes posiciones perceptivas con el fin de tratar los diversos problemas que surjan. Veamos algunos ejemplos.
Ejemplos de las posiciones perceptivas
En primer lugar, desarrollar la capacidad de ponerse en segunda posición es algo clave para las buenas relaciones.
Si este es el caso, vas a necesitar ayudarle a tu coachee a desarrollar la capacidad para colocarse en segunda posición cada vez que tenga problemas a nivel de sus relaciones.
Por otro lado, digamos que un cliente constantemente se siente menospreciado por otros.
Puede ser que le dé más importancia a los objetivos de los demás que a los suyos propios. En este caso, deberás ayudarle a reforzar su primera posición.
En cualquiera de estos dos casos, la tercera posición también puede ayudar a que el individuo tenga una visión más objetiva de la situación.
Las tres posiciones presentadas son sumamente útiles. Son herramientas del coaching de un valor incalculable.
En vista que muchas personas serán más hábiles en una posición que en otra, tendrás que ayudarles a desarrollar la capacidad de manejarse con todas.
Conclusión
Las herramientas de coaching son importantes para que los coaches puedan garantizar los resultados que esperan sus clientes.
Al utilizar las herramientas de coaching, los coaches pueden ayudar a sus coachees a alcanzar los objetivos pactados y alcanzar su máximo potencial.
Cuando se utilizan de forma eficaz, las herramientas de coaching pueden marcar una gran diferencia en la vida de las personas que reciben el coaching tanto a nivel personal como profesional.
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