La respuesta a la pregunta sobre qué se necesita para ser feliz es sencilla, pero puede ser difícil de asimilar y aplicar.

Para ser feliz solo necesitas aceptar y aprovechar lo que la vida te da en cualquier momento. No obstante, en vista que es un tema con una amplia profundidad detrás, en este video te quiero invitar a que lo podamos analizar e incluso conversar.

Para ser feliz no se requiere de más, al contrario, se trata más de aceptar y menos de desear. Cómo ser feliz se trata de aprender a soltar, confiar y disfrutar. No se trata de aferrarse, empoderarse y esforzarse por tener más.

“No persigas, no busques, no preguntes, no golpees, no exijas, relájate. Si te relajas, viene. Si te relajas, está ahí. Si te relajas, empiezas a vibrar con ello”. Osho



Qué se necesita para ser feliz: relajarse

Cuando escribo que para ser feliz uno necesita relajarse, tengo que confesar que me siento incómodo. Lo mismo me sucede frases como: “no buscar”, “no perseguir”, “no exigir”, etc.

¿Por qué me siento incómodo? Porque hemos sido programados para lo contrario. Se nos ha dicho que tenemos que trabajar duro por lo que queremos. Te dicen: “no pain, no gain”. Es decir, sin dolor, no hay ganancia.

De hecho, gran parte de los clientes que llegan al coaching vienen con esta intención. Vienen dispuestos a luchar por hacer realidad sus sueños.

Es ahí donde surge la incomodidad. ¿Cómo así que si queremos ser felices, ¿no necesitamos hacer ningún esfuerzo? Esta afirmación, literalmente me resultó ajena a mi modo habitual de pensar y trabajar, pero también me puso a reflexionar.

Me tomó unos segundos saborear estos mensajes en mi mente. No obstante, poco a poco logré comprender la sabiduría que hay detrás de estas afirmaciones.

No obstante, mientras reflexionaba, me vinieron a la mente algunos de los momentos que más felicidad han aportado a mi vida. Rápidamente me pude percatar, que esos momentos, y los regalos que llegaron a través de éstos, no requirieron esfuerzo de mi parte. Simplemente tuvieron lugar, se dieron.

Fue aquí donde me dije: «Es verdad, para ser feliz, uno no se tiene que esforzar».

Reflexión

Trae a tu mente algunos de los momentos más felices de tu vida.

¿Qué características tienen esos momento en común?

¿Qué tanto esfuerzo requirieron de parte tuya?

¿Cómo se manifestaron esos momentos?

Cuestiona lo que crees que necesitas para ser feliz

Hemos ido construyendo nuestras vidas sobre la creencia de que necesitamos ciertas cosas para ser felices. Por ejemplo: dinero, poder, éxito, aceptación, fama, amor, amistades, y mucho más.

Reflexión

¿Cuáles son los elementos que crees debes tener para ser feliz?

¿Cuál es la combinación exacta de estos elementos que pones en tu receta de felicidad?

Es decir, 8/10 en dinero, 4/10 en poder, 7/10 en éxito, 10/10 en el amor, etc.

La prisión de tus deseos

Una vez que nos tragamos las creencias anteriores, desarrollamos instintivamente un apego especial por ese algo o alguien.

¿Por qué? Simplemente porque nos convencemos que mientras no obtengamos eso, no seremos felices. Entonces comenzamos a luchar con todas nuestras fuerzas. Lastimosamente olvidamos que la consigna es: trabaja para vivir, no vivas para trabajar. 

La búsqueda de la felicidad

Cuando de la búsqueda de la felicidad se trata, es común iniciar los esfuerzos por adquirir aquello que alimenta nuestros deseos de felicidad.

El tema con esta búsqueda, es que generamos una servil dependencia emocional hacia esa cosa o alguien. Lo preocupante, es que esa dependencia puede crecer hasta el punto de concederle el poder de regir nuestros actos. Es así como terminamos siendo controlados.

Con esto no quiero decir que realizar lo que nos proponemos no aporte a la felicidad. Claro que nos vamos a estremecer de una alegría al conseguirlas. Pero esta alegría es pasajera. Lastimosamente, el beneficio emocional se diluye rápidamente con el pasar de los días.

La pérdida de la felicidad

Una vez que logras algo que aporta a tu felicidad, surge otro asunto. El tema a continuación es que ahora tenemos otro asunto que manejar. ¿Cuál es? El temor a perder lo que creemos es la fuente de felicidad.

La angustia puede comenzar a reinar ante la posibilidad de vernos privados de aquello que tanto nos costó. Y qué decir si lo llegamos a perder. 

La satisfacción del logro se puede ver destronada ante la tristeza de la pérdida. Es por eso que anteriormente publiqué sobre el secreto de la felicidad: no te aferres a nada. 

Esta agotadora tarea, evitar la pérdida de la felicidad, es un vicio que apenas nos deja energía para dedicarnos a vivir y disfrutar plenamente de la vida que ocurre hoy.

En la búsqueda de qué se necesita para ser feliz, terminamos siendo presos de nuestros deseos y auto privados de nuestra libertad para ser felices por temor a perder.

Reflexión

  • ¿Cuáles son las ataduras que te tienen preso hoy en la búsqueda de la felicidad?
  • ¿Es un trabajo extenuante?
  • ¿Acaso es el ejercicio físico constante?
  • ¿O llevas una dieta extrema?
  • ¿La conquista de una persona?
  • ¿Alguna actividad especial que te ocupa?
  • ¿Será una creencia mental?

El secreto para ser auténticamente feliz

¿Quieres saber cuál es el secreto para ser auténticamente feliz? 

Para ser feliz una sola cosa es necesaria. Liberarse de esas ataduras mentales y soltar.

Intenta desear y confiar. Cuando hay confianza absoluta, no hay esfuerzo, todo fluye. Puedes desear cosas, pero no aferrarte a estas. Además, sabes que si son necesarias para ti, se te darán y simplemente las obtendrás.

Liberarse de las ataduras constituye una tarea absolutamente gratificante. Es un estado emocional basado en la confianza. Es una sensación de bienestar basada en la aceptación.

Frase de Confucio que dice: "Solo puede ser feliz siempre, el que sabe ser feliz con todo".

El instrumento empleado en estos casos, no es la fuerza de voluntad, ni la renuncia. Se trata solo de la visión, de abrir los ojos y esperar la oportunidad en la que te puedes dejar llevar. Porque ten la seguridad que aquello que sueñas aparecerá. Obviamente tú te vas a esforzar, pero vas a confiar en que se dará.

Cuando tus esfuerzos por obtener algo han sido en vano, no renuncies. Aprende a disminuir tus esfuerzos y a confiar más. Aprende a confiar en alguien más grande que tu propia individualidad.

Eso sí, recuerda que en estos casos, al pasar la responsabilidad a ese Ser Superior, ya no eres tú quien va a actuar. En mi caso, creo fielmente que es Dios quien va a obrar de acuerdo a su voluntad, y lo hará en el momento perfecto.

Cierro con las palabras de Helen Keller: “No puedes lograr nada sin esperanza y confianza”.