La consigna: Trabaja para vivir, no vivas para trabajar, debería guiar más nuestro actuar en la actualidad. Son muchas las personas que viven para trabajar en lugar de trabajar para vivir la vida.
En esta publicación, nos enfocaremos en la creencia generalizada de que más trabajo es mejor para la vida, aún cuando sabemos que no todo en la vida es trabajo.
Efectos del exceso de trabajo
¿De qué te sirve ganar todo el mundo a través del tu trabajo, si terminas perdiendo lo más importante? Entre los efectos del exceso de trabajo está la pérdida de la salud, sacrificar el tiempo con la familia, pérdida de relaciones y amistades, disminución de la felicidad y mucho más.
En la publicación de BBC titulada “El exceso de trabajo nos está matando (literamente)”, podemos tomar conciencia de las consecuencias de vivir para trabajar.
Instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señalan que, cada año, 750,000 personas mueren de enfermedad coronaria debido a largas horas de trabajo. En otras palabras, más gente muere por trabajo excesivo que de malaria.
Estamos ante una crisis global, donde gran parte de las personas descuidan sus vidas por el trabajo. El gran problema con esta situación, es que si no tomas la decisión de resolverla, la misma tiende a continuar y empeorar. Recuerda siempre que el trabajo no es todo en la vida.
Locura es ganar para perder
¿Has considerado la locura que hay detrás de querer ganar más dinero al trabajar a cambio de perder lo demás?
Es inconcebible pretender que con dedicarle más tiempo al trabajo para ganar más, puedas conservar otras cosas que quieres cuidar. El que vive para trabajar, no trabaja para vivir.
“El exceso de trabajo impide la adecuada contemplación de la belleza y la verdad”. Aristóteles
Trabajar para vivir o vivir para trabajar
Anthony de Mello, en su libro “Una llamada al amor”, utiliza una analogía que nos ilustra sobre la diferente entre trabajar para vivir o vivir para trabajar.
“Un autobús cargado de turistas atraviesa una hermosísima región llena de lagos, montañas, ríos y praderas. Pero las cortinas del autobús están cerradas, y los turistas, que no tienen la menor idea de lo que hay al otro lado de las ventanillas, se pasan el viaje discutiendo sobre quién debe ocupar el mejor asiento del autobús, a quien hay que aplaudir, quién es el más digno de consideración… Y así siguen hasta el final del viaje, perdiéndose el paisaje y el viaje”.
Esta historia dice mucho de nosotros, porque también somos turistas en en nuestro viaje por la existencia. Estamos solo de paso.
Lo interesante es que muchos de nosotros, así como lo hicieron los turistas de la historia, hacemos el recorrido por la vida sin prestar mayor atención a lo que está al otro lado de lo que nos mantiene ocupados.
Es curioso, pero teniendo la oportunidad de atravesar la magnificencia de este mundo y toda su belleza, nos pasamos afanados por el trabajo y lo mundano.
«La vida es un viaje y si te enamoras del viaje, estarás enamorado para siempre». Peter Hagerty
Por qué vivimos para trabajar
Vivimos para trabajar porque las cortinas que cubren nuestros ojos han estado cerradas por mucho tiempo. Nos hemos afanado por ocupar un mejor puesto, por ser aprobados, demostrar que somos buenos. Queremos sentirnos aceptados y que nos aplaudan, pero entonces nos olvidamos de vivir.
Soñamos con avanzar en el bus profesional en el que viajamos para vivir mejor y tener más. Pero con tanto afán, lo irónico es que nos olvidamos de contemplar la salida y la puesta del sol.
“No esperes tenerlo todo para disfrutar de la vida, ya tienes la vida para disfrutarlo todo”.
Trabaja para vivir, no vivas para trabajar
Es una verdadera bendición disfrutar plenamente el trabajo. Hay ocasiones en las que puedo quedar absorto al 300% en la tareas que desempeño, pues amo lo que hago.
En estos casos puedo terminar olvidando, que son los momentos con nuestra pareja, nuestros hijos, familiares y amigos, donde verdaderamente se disfruta el viaje y admira el paisaje de la vida.
Por lo tanto, recuerda que el trabajo es solo un medio que nos lleva a hacer nuestros sueños realidad. Pero no te quedes soñando tu vida y vive tu sueño.
Reflexión final
¿Qué tanto tiempo le dedicas al trabajo hoy en día? ¿Qué tanto te estás perdiendo el viaje de la vida afanado en tener más? No te olvides de ser por hacer y tener.
Préstale atención a aquello que te proporciona el sustento y la felicidad para todo lo demás. No trates de ganar el mundo a expensas de descuidar lo más importante, porque el mensaje es claro: trabaja para vivir, no vivas para trabajar.
El coaching para el equilibrio de vida, te puede ayudar a corregir la falta de balance entre trabajo y vida.
Si aún no conoces mucho sobre coaching, visita nuestra publicación qué es coaching. Ahí comprenderás más sobre cuáles son los elementos clave del coaching que pueden ayudarte a trabajar para vivir la vida que te mereces.