Un principio importante que debes siempre tener en mente es que el éxito se logra a través del tiempo, de forma secuencial, usualmente a través de solo un primer paso de acción.
Todo gran logro se construye una cosa a la vez, poco a poco. Por lo tanto, la travesía hacia tus sueños es un proceso, no un evento.
Ahora, el recorrido para cambiar lo que tienes por aquello que deseas, siempre inicia con un primer intento, pequeño.
Lo que me lleva al mensaje que quiero compartir contigo en esta publicación: cómo a través de un primer de acción paso puedes alcanzar grandes resultados.
“Quien no está dispuesto a hacer pequeños cambios, nunca hará grandes cambios”. Mahatma Gandhi
Un primer pequeño paso de acción pueden tener mucho poder en el logro de resultados significativos.
En el libro One Small Step Can Change Your Life: The Kaizen Way (traducido al español como «Un pequeño paso puede cambiar tu vida: Al estilo Kaizen»), de Robert Maurer, Ph. D., el autor nos anima a aprovechar el poder de este enfoque.
Ello es debido a que el poder de una visión que quieras hacer realidad, debe transformarse en ejecución, pero un paso a la vez.
El Kaizen, a pesar de ser una filosofía antigua, es muy práctico y efectivo cuando se aplica a la agitada vida moderna.
Quiero compartir contigo la historia de la consolidación del Kaizen, para ilustrar el poder que pueden tener los pequeños cambios.
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Antecedentes del Kaizen
El Dr. Maurer afirma que el Kaizen es un nombre japonés. Este término se aplicó por primera vez de manera sistemática en la era de la Gran Depresión en los Estados Unidos de América.
Los líderes estadounidenses se dieron cuenta de la gran urgencia con que los aliados necesitaban envíos de equipo militar. Esto se acrecentó cuando Francia cayó ante la Alemania nazi en 1940.
No solo eso, los estadounidenses se vieron obligados a reconocer que sus soldados también podrían ser enviados al extranjero pronto. Por lo anterior, iban a requerir sus propios tanques, armas y suministros.
Los fabricantes norteamericanos tendrían que aumentar rápidamente la calidad y cantidad de producción de equipos. Esta situación se intensificaba debido a la pérdida de muchos supervisores de fábrica calificados, quienes habían tenido que pasar a formar parte de las fuerzas armadas.
Así que de ese momento en adelante iban a estar ocupados preparándose para la guerra.
Enfoque de mejora continua
El gobierno de los Estados Unidos, para superar estas limitaciones de tiempo y personal, creó cursos de gestión denominados Training Within Industries (TWI) y los ofreció a todas las empresas del país.
Uno de estos cursos contenía las bases de lo que, en otro tiempo y lugar, se convertiría en Kaizen.
El curso TWI exhortaba a los gerentes a lo que se denominó «mejora continua». Es decir, la mejor debería ser incremental, poco a poco, en lugar de promover un cambio radical e innovador que lograra los resultados exigidos.
En un inicio, esta nueva filosofía debió haber parecido sumamente inadecuada en dichas circunstancias. No obstante, de alguna manera, los pequeños cambios o mejoras sumaron mucho a la brillante aceleración de la capacidad de fabricación de los Estados Unidos.
De hecho, la calidad de los equipos estadounidenses y la velocidad con las que los producían fueron dos factores claves para la victoria aliada.
Japón difunde la iniciativa
Al mismo tiempo que MacArthur se aferraba a las pequeñas mejoras, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos comenzó a desarrollar una clase de administración y supervisión para las empresas japonesas cerca de una de sus bases.
La clase se denominó Management Training Program (MTP) y sus principios eran casi idénticos a los desarrollados por Deming y sus colegas al comienzo de la guerra. Miles de administradores de empresas japoneses se inscribieron en esta iniciativa.
Los japoneses fueron inusualmente receptivos a esta filosofía. Su base industrial había sido destruida y carecían de los recursos para una reorganización radical.
Además, sus líderes empresariales estaban muy claros en el hecho que su país había sido derrotado en parte por la calidad del equipo y la tecnología superior de los estadounidenses.
Fue así como los japoneses escucharon atentamente las lecciones sobre producción que los estadounidenses les impartieron.
Considerar a los empleados como un recurso para la creatividad y la mejora continua, así como aprender a ser receptivos a las ideas de los subordinados, era una idea desconocida, pero los que participaron de estos programas se animaron a intentarlo.
Estos empresarios, gerentes y ejecutivos regresaron a trabajar en sus respectivas industrias y se encargaron de difundir esta filosofía con entusiasmo.
En los Estados Unidos, la serie de estrategias del Dr. Deming para mejorar los procesos de producción fueron ignoradas en gran medida una vez que las tropas regresaron a casa y la producción volvió a la normalidad.
En Japón, no obstante, sus conceptos ya formaban parte de la cultura empresarial emergente.
La filosofía de un primer paso de acción
La filosofía de pequeños pasos hacia la mejora se introdujo en Japón después de la guerra, cuando las fuerzas de ocupación del general Douglas MacArthur comenzaron a reconstruir ese devastado país.
Si estás familiarizado con el dominio corporativo de Japón, a finales del siglo XX, es posible que te sorprenda escuchar que muchas de sus empresas en la posguerra se manejaban deficientemente, sus prácticas de gestión eran demasiado flexibles y existía una muy baja moral laboral.
El general MacArthur se vio en la necesidad de mejorar la eficiencia japonesa para elevar sus estándares comerciales. Con ese fin, trajo a los especialistas de TWI de los Estados Unidos, incluyendo a aquellos que hacían énfasis en la importancia de los pequeños pasos de acción diarios hacia el cambio.
Nacimiento del Kaizen
A finales de la década de 1950, la Unión Japonesa de Científicos e Ingenieros invitó al Dr. Deming, el defensor del control de calidad en tiempos de guerra, a darle continuidad a los procesos de consultoría, pero ahora con énfasis en el rendimiento económico del país.
Como es bien sabido, las empresas japonesas que se reconstruyeron sobre la base de los pequeños pasos de mejora, pronto dispararon su productividad a niveles sin precedentes. El enfoque fue tan exitoso que los japoneses lo bautizaron con su propio nombre: Kaizen.
«Debes pensar en cosas grandes mientras haces cosas pequeñas, así las cosas pequeñas irán en la dirección correcta». – Alvin Toffler
El coaching y un primer paso de acción
La filosofía de mejora continua es algo que también se da en los procesos de coaching a través de pequeños pasos de acción.
Toda sesión termina con un primer pequeño paso de acción que lleva al cliente a mejorar o avanzar en la dirección deseada.
El coaching es una metodología efectiva y deseable, precisamente por eso. Esto se debe a que considera que un gran cambio a menudo es la suma de pequeños cambios.
2,400 años antes, nació en la antigua Grecia un filósofo que pregonó algo muy similar. Aristóteles intentaba enseñar que el éxito no depende de grandes esfuerzos. Al contrario, depende de las pequeñas acciones que se ejecutan a diario, de los cambios mínimos que se forjan con mesura.
“No siempre podemos hacer grandes cosas, pero si podemos hacer cosas pequeñas con gran amor”. Madre Teresa de Calcuta
Cómo se logran los grandes cambios
Te quiero decir algo importante: «No se requiere de la radicalización del estilo de vida, sino de un pequeño viraje de timón que dirija el rumbo hacia un mejor destino».
Así como un sutil ajuste en el manejo te puede llevar a un destino totalmente distinto, una pequeña acción puede hacer una gran diferencia.
“No busques un progreso grande y rápido. Mejor busca pequeñas mejoras cada día. Es el único modo de hacer que las cosas sucedan y, cuando las logres, que duren”. John Wooden
Esta es la esencia de qué es coaching. Además, los pequeños pasos de acción contribuyen al logro, lo que refuerza la confianza, uno de los elementos clave del coaching.
La razón es que la confianza es clave en el proceso de conversión de los deseos en resultados. Sin un mínimo de confianza, nadie se atreve a intentar ir más allá de sus sueños.
Preguntas para tu primer paso de acción
Deténte a reflexionar sobre las siguientes sencillas preguntas que te ayudarán a abrazar la metodología de mejora continua mediante pequeños pasos de acción.
- ¿Qué es única que quieres lograr que es verdaderamente importante para ti?
- ¿Cuál es ese primer paso de acción que puedes llevar a cabo hoy para acercarte más a tu única cosa?
- ¿Qué pequeño cambio puedes llevar a cabo en tu vida que te permita lograr un resultado significativo?
Enfócate siempre en el primer paso y luego en el siguiente, y luego en el siguiente.
Pronto te darás de cuenta que poco a poco, día a día, a través de pequeñas acciones, lograrás hacer el recorrido hacia tus sueños.
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